viernes, 12 de diciembre de 2014

la biblia de los sujetadores

este mediodía, cuando la gente normal estaba comiendo, mi amiga nekane y yo estábamos en el h&m, riéndonos de los jerséis de lentejuelas o de aquél tan horrible que era azul y llevaba un cangrejo multicolor estampado ahí. un terror de jersey.


~ayer fui al h&m dispuesta a fotografiar el conjunto de jersey con cangrejo y falda
pero ya no estaba, así que nos tendremos que conformar con el jersey solamente...
yo lo recordaba azul pero bueno, sea del color que sea sigue siendo un terror!~

quiero ver a alguien caminando por la calle con ese conjunto, de verdad, el jersey del cangrejo y la falda amarilla que parece de plástico.
y aplaudirle.
luego hemos acabado en la sección de sujetadores, siempre acabamos ahí. nos reíamos de los saltos de cama, no porque nos parecieran graciosos ni nada, en realidad nos parecen súper mega monos, pero es que son tan pequeños que nosotras necesitaríamos tres como aquellos para meternos ahí dentro...
los sujetadores son un puto dolor de muelas para nosotras que estamos, por decirlo de alguna manera, generosamente dotadas. chicas que tenéis poco volumen de pecho, sabed que lo tenemos nekane y yo.
todo.


~la eterna lucha de sujetadores grandes y feos contra los bonitos y minimalistas~

pues eso, buscar nuestra talla y nuestra copa y que encima sea mono y tal es como misión imposible. cuando tienes la copa no tienes la talla, cuando tienes la talla no tienes la copa y cuando tienes ambas cosas resulta que es feo de cagarse. pero a veces ocurre, eh? a veces se alinean los planetas y allí está el suje de nuestra vida. pero antes de llegar a todo eso viene la pregunta del millón. la cosa va así, encuentras un suje mega monísimo y es de tu copa y lo agarras y miras la etiqueta deseando que sea de tu talla y entonces, en ese puto preciso instante, se abre el cielo y surge la pregunta: 'tía, qué talla de suje uso?'
si no lo sabes, tu lo va a saber tu amiga, claro...
y aquí no sirve aquello que haces con los pantalones o las camisetas que te pones de espaldas a tu amiga, contorsionas el cuerpo hasta el extremo para sacarte la etiqueta y preguntar: 'mírame la talla anda porfi'. y no sirve, no porque tengas que medio despelotarte en mitad de la tienda para mirar la etiqueta, eso es lo de menos, es que la etiqueta no está...
y por qué cojones no está la etiqueta? fácil! porque la cortaste! la cortaste porque está en un sitio de mierda, en la costura que queda casi debajo del sobaco. y es que, mecagoentodo, si nos ponen una etiqueta enorme, que tiene más páginas que la ilíada y te pones el suje sin haberla quitado, la etiqueta se te pega a la teta y a parte de que pica como una mala cosa, cuando te lo quitas al llegar a casa tienes la teta apergaminada cual papiro del nilo. y entonces es cuando pillas las tijeras esas de la cocina y la cortas con todo el placer del mundo...


~esto no es una etiqueta, es un elemento de tortura~

de qué mierda sirve la etiqueta? vale sí, para saber la talla, obviedades a parte, podrían poner la talla, en una etiqueta chiquitina atrás, en el cierre. porque a caso hay alguien que se lea lo que pone? claro, y es que además hay tantas etiquetas porque claro, viene en la hostia de idiomas... porque los sujes del h&m y de cuantas otras tiendas son como universales y allí hay que entenderse todos.
veis? si el esperanto hubiera triunfado, esto no pasaría.

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